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Jose Perez Vargas Grupo

 

tapa KOSEN-RUFU

José Pérez Vargas, bajista y compositor. Nació en Chile y vive actualmente en Buenos Aires, Argentina.  Toca jazz generalmente y otras músicas que sean de su gusto.  

Tiene un grupo de jazz contemporáneo con el que grabó su primer disco con música  de su autoría en diciembre del año 2021 que se está presentando en 2022, el álbum se llama Kosen -Rufu.

Ha tocado y grabado con músicos de distintos países y siempre está tratando de crear cosas nuevas y conexiones en distintos lugares del planeta. 

Sus influencias son varias, pero se destacan el jazz desde lo más tradicional  hasta lo más moderno, el rock progresivo  de los años setenta y las últimas composiciones de Violeta Parra.

Comenzó tocando batería y guitarra de niño y el bajo lo descubrí en un video VHS de Led Zeppelin con una base de John Paull Jones y quedó fascinado con el instrumento. Tiempo después se dió la oportunidad de que faltaba un bajista en un par de bandas de su pueblo y probó. Funcionó bien como bajista y le encantó. Primero tocaba con un bajo prestado por un amigo guitarrista y líder de la banda, hasta que pudo comprarse uno. Posteriormente comenzó a tocar con más bandas y a trabajar en el Pub del pueblo y los bares de otros pueblos cercanos. Tomó clases con un bajista que lo apodaban Panchote (Francisco Madrid) y posteriormente se fue a Valparaíso a estudiar música. 

Ahí conoció grandes maestros con los que aprendió a entender el jazz y músicos que le enseñaron mucho. La carrera le gustaba, pero él quería estudiar bajo eléctrico y se dió la oportunidad de viajar a Buenos Aires.

Ya en el 2004 dejó la carrera en Valparaíso y se radicó en Buenos Aires, donde estudió en la EMPA (escuela de música de Avellaneda ) la carrera de intérprete musical en bajo eléctrico especialidad jazz.

En esa institución tuvo clases con grandes maestros. Guido Martinez, Maximo Rodriguez, Alejandro Herrera, Ariel Goldemberg y de forma particular  estudió bajo con Carlos Madariaga y también estudió arreglos en distintos talleres. 

En 2012 se fue a Brasil donde participó en varios proyectos musicales destacando ser parte del grupo estable del Club de barra da Lagoa. 

En 2013  viajó a Berna (Suiza ) donde pudo estudiar métricas irregulares en la School Jazz de dicha ciudad y participar de los proyectos del cantante Mirko Gutierrez , el saxofonista Lukas Shiemer. 

En 2014 volvió a Buenos Aires donde formó parte de distintas agrupaciones de jazz.

En 2017 volvió a Berna donde formó parte del quinteto de Ramiro Ventimiglia ( baterista italiano que tocó entre otros músicos con Brad Melhdau)y con Lukas Shiemer en Viena.

En  2018 en Buenos Aires y formó su propio grupo donde tocan sus composiciones.

En 2021 grabaron el disco con nuevos arreglos y José con contrabajo lo que se convirtió en su primer disco como líder. 

Este año en 2022 estuvo de gira por Austria , Italia y Francia con el saxofonista Lukas Shiemer, en Italia acompañó al baterista Ramon Rossi , y al saxofonista Livio Maturazzi en la ciudad de San Remo y también, tuvo la oportunidad de acompañar al cantante jamaicano Franklin Montague. 

Ahora está con la presentación del nuevo disco Kosen Rufu editado por el Club del Disco  y  ya está ensayando para grabar el próximo álbum. 

tapa KOSEN-RUFU

Nuestro disco

 

Este disco está inspirado en momentos y personas que han marcado mi camino y por el descubrimiento del Budismo Nicheren que me ayudó a enfrentar la vida de otra manera.

A través de las composiciones quise dejar grabado cada momento especial.
El Budismo de Nicheren enseña que el cambio de nuestro entorno comienza con la transformación positiva de nuestro estado de vida, es lo que llamamos Revolución Humana.

 

La práctica budista posibilita el dominio de uno mismo; enseña a romper el yugo de los deseos egoístas y a vivir en armonía y cooperación con los demás, accionando por la dicha y el bienestar de quienes nos rodean.

La revolución humana es el proceso de desafiarnos en la práctica budista con miras de ese propósito que consiste en el esfuerzo por cambiar nuestro estado interior.

En última instancia, hacer la revolución humana implica revolucionar nuestras acciones y nuestra conducta en dirección del bien, para uno y para todas las personas. Significa adoptar voluntariamente una forma de actuar basada en el amor compasivo, elegir acciones que trasciendan las propias circunstancias y debilidades, mirar más allá de nuestras preocupaciones inmediatas y accionar reconociendo y valorando la dignidad de la vida .

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